Lo curioso de la fotografía se conocería después, no fue una instantanea, ni un maravilloso beso robado. Los protagonistas habían posado y posteriormente romperían unos meses después de ser captados por el objetivo de Robert Doisneau. ( Cést la vie...)
La historia del apasionado beso sucedió en 1950 cuando François Bornet y su novio Jacques Carteraud estaban tomando un café cerca de la escuela de teatro en la que estudiaban cuando Robert Doisneau, que buscaba imágenes del "amour" francés para un reportaje de la revista American Life, les propuso posar para la famosa foto. Aún así está claro que el maravilloso beso era verdadero, pero no un beso robado como se creía.
La imagen que llegó a todos los rincones del mundo como una autentica oda al amor en versión fotográfica, se rompió cuando Doisneau fue denunciado por la pareja, que querían parte del pastel pero perdieron. Años más tarde la protagonista subastaría la famosa fotografía de 18x 24,6 centimetros, que el fotógrafo les envió a cada uno unos días más tarde y que se vebdería por 155.000 euros.
La oda al amor fotográficamente más famosa no fue un robado, pero los protagonistas si estaban enamorados.
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